Cuando hablamos de artes marciales, surgen muchas preguntas, sin embargo, la posibilidad de un enfrentamiento callejero, se lleva muchas veces el protagonismo.
En primer lugar, hay que ser conscientes que los encuentros callejeros, pueden llegar a ser muy peligrosos. En una pelea o ataque callejero, no hay reglas, así mismo, se pueden usar armas y las normas de honor en un combate, por lo general, no van a ser respetadas.
La experiencia nos muestra, que muchas de las personas que enfrentan una pelea callejera, no estaban preparadas; incluyendo a practicantes de artes marciales, como también, personas que supuestamente están capacitadas, para enfrentar este tipo de amenazas (personal de seguridad, escoltas, policía, etc.).
Muchos de estos cursos de defensa personal, videos que muestran en internet y demás, lamentablemente ponen en riesgo la integridad física de las personas, ya que estas supuestas técnicas, no son aplicables a la realidad o si pudieran servir, el practicante no las ejecuta de la manera correcta.
En nuestra escuela de artes marciales mixtas KWD, el practicante aprende a diferenciar, lo que es un combate con protección, con normas, árbitros, etc. y lo que es una técnica de defensa personal, la cual en KWD, enfatizamos, debe durar entre tres y seis segundos, después de este tiempo, una técnica puede empezar a darle ventaja a nuestro adversario.
Enfatizando que siempre es mejor evitar cualquier tipo de enfrentamiento, pero enfocándonos en cada clase, en todos los aspectos que envuelven una posible reacción de nuestro estudiante.
Para terminar, queremos que sean conscientes, que para algunas personas, les será más fácil defenderse exitosamente, y que otras deberán hacer gran parte de este entrenamiento en su interior, autoevaluando situaciones que le produzcan pánico, como el enfrentar un agresor armado o situaciones de alto riesgo.
Todos estos detalles, se deben entrenar y mejorar cada día en la práctica, entendiendo que no tendremos muchas veces la técnica de defensa ideal, para cada ataque, pero si una reacción de nuestro ser, que pueda ser la mejor, hacia una agresión; esto se logra mediante una práctica constante y un método eficaz en la defensa personal.